Las colecciones ibéricas procedentes de los poblados de Lorca y Las Cabezuelas (Totana) permiten ilustrar aspectos de la vida cotidiana (alfarería, metalurgia, confección de tejidos, ritual funerario...) de la cultura ibérica que se desarrolló en la comarca de Lorca.

La fabricación de cerámica, una actividad generalmente doméstica, adquiere ahora la categoría de trabajo artesano especializado con la adopción del torno, que permite una producción en serie con lo que llega a mercados más amplios y mejora su calidad. Entre las cerámicas decoradas más sobresalientes del Museo se encuentra un kalathos y un gran recipiente para cerveza.

Los productos se almacenaban en la despensa dentro de tinajas y ánforas. El transporte de aceite, vino y salazones se realizaba en ánforas semejantes a los que se exponen en esta sala .

El arma característica del guerrero ibérico fue la falcata que aparece ilustrada en el Museo Arqueológico de Lorca, con un magnífico ejemplar decorado con nielados de plata procedente de una tumba masculina de la necrópolis de Carranza (Huéscar de Granada). Junto a esta espada curva se muestran otros elementos del armamento de los iberos: escudo, lanzas, funda para la falcata, hebilla del cinto, etc.